La gestión basada en la evidencia: qué es y para qué sirve

Un estudio realizado en Estados Unidos en 2002 identificó 35 hallazgos bien documentados en la investigación sobre Recursos Humanos (RRHH) y decidió comprobar su conocimiento entre 959 directivos de esa función. Estos directivos tenían que indicar si las afirmaciones propuestas sobre los hallazgos de la investigación eran correctas o no. Los resultados fueron chocantes: en promedio, los participantes solamente eligieron la respuesta correcta en un 57% de las ocasiones. Y un estudio similar realizado en Europa no dio resultados mucho mejores: solamente un 62% de las respuestas fueron correctas. Hay que reconocerlo: estos resultados solo son un poco mejores que los que obtendríamos al decidir a cara o cruz.




Otro dato relevante surgió de estas investigaciones: los directivos que obtenían mejores resultados eran los que tenían un mayor nivel educativo, leían más sobre RRHH y tenían una actitud más positiva hacia los hallazgos de la investigación académica. Es decir, que no se basaban solamente en su “instinto” o su experiencia para tomar decisiones, lo que evitaba que decidieran de forma sesgada.

En el campo de la gestión, una toma de decisiones sin una base sólida se traduce en seleccionar candidatos inadecuados, retribuir a los trabajadores de forma que se les desmotiva a cooperar, no poner al servicio de los empleados sistemas que les ayuden a lograr los objetivos deseados, etc. El resultado es que se gastan millones de euros en prácticas directivas que son ineficaces o incluso dañinas para las organizaciones. Pare evitar problemas parecidos, muchas profesiones han evolucionado en los últimos años hacia la práctica basada en la evidencia. Los pioneros de esta tendencia fueron los servicios médicos y sanitarios, pero es un concepto que se usa cada vez más en casi cualquier sector.

La práctica basada en la evidencia consiste en tomar decisiones usando la mejor evidencia actual de modo concienzudo, consciente y juicioso. Antes de tomar una decisión importante, un directivo basado en la evidencia comienza por preguntarse: “¿Qué evidencia hay disponible?” En vez de basar la decisión únicamente en su criterio personal, averigua lo que se sabe del tema buscando evidencias de múltiples fuentes:
  • Evidencia científica: resultados de investigaciones científicas publicadas.
  • Evidencia organizativa: datos y hechos obtenidos en la propia organización.
  • Evidencia experiencial: la experiencia y el criterio profesional de los profesionales.
  • Evidencia de los “stakeholders”: los valores y preocupaciones de las personas que serán afectadas por la decisión.
Pero el directivo basado en la evidencia no acepta inmediatamente cualquier dato que le llegue, sino que es capaz de evaluar críticamente la calidad de esa información antes de darla por buena. Eso lo hace preguntando cómo se reunió la evidencia, si puede estar sesgada en alguna dirección concreta y si es la mejor evidencia disponible.


La clave para mejorar la gestión de nuestras empresas basándola en la evidencia es desarrollar una mentalidad crítica. Es cuestionar lo que damos por supuesto, particularmente si alguien (incluidos nosotros mismos) afirmamos una creencia como si fuera un hecho. Así que la próxima vez que vayas a tomar una decisión, pregunta: “¿Cuál es la evidencia de esto?”.


Ah, por si os picaba la curiosidad, los estudios que citaba al principio son: 

  • Rynes, S.L., Colbert, A.E., and Brown, K.G. (2002), ‘HR Professionals’ Beliefs about Effective Human Resource Practices: Correspondence Between Research and Practice,’ Human Resource Management, 41, 149– 174.
  • Sanders, K., van Riemsdijk, M., & Groen, B. (2008). The gap between research and practice: a replication study on the HR professionals’ beliefs about effective human resource practices. The International Journal of Human Resource Management, 19(10), 1976-1988.



Para saber más:
  • Center for Evidence-Based Management. https://www.cebma.org/
  • Science for Work. http://scienceforwork.com/
  • Pfeffer, J., & Sutton, R. I. (2006). Hard facts, dangerous half-truths, and total nonsense: Profiting from evidence-based management. Harvard Business Press.
  • Rousseau, D. M. (2006). Is there such a thing as “evidence-based management”?. Academy of management review, 31(2), 256-269. http://www.ampm.aom.org/uploadedFiles/About_AOM/Presidents_Welcome/2005.pdf
  • Rynes, S. L., Brown, K. G., & Colbert, A. E. (2002). Seven common misconceptions about human resource practices: Research findings versus practitioner beliefs. The Academy of Management Executive, 16(3), 92-103.

Nota: Este artículo se publicó el 5 de noviembre de 2016 en http://economia-empresa.blogs.uoc.edu/gestion-evidencia/

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