¿Cómo lograr la flexibilidad numérica interna (o en el tiempo de trabajo)?

Sigo con la presentación de las principales formas de flexibilidad. En particular, con la flexibilidad numérica que intenta  adaptar el volumen de trabajo o -lo que es lo mismo- el número de trabajadores o de horas trabajadas, para responder a las diferentes necesidades de producción o de servicio.  Ya avancé en otra entrada que esta adaptación puede lograrse recurriendo al exterior o al interior de la empresa.
 
Cuando la empresa intenta que se trabajen más o menos horas sin recurrir al mercado laboral externo, hablamos de flexibilidad numérica interna o flexibilidad en el tiempo de trabajo.
Las posibles formas de obtenerla son las siguientes:

  • Las horas extraordinarias: resultan de fácil aplicación para atender necesidades puntuales y evitan un aumento excesivo de la plantilla. Sin embargo, su uso regular puede ser muy costoso, además de estar limitado su número anual por trabajador. Es poco recomendable como práctica habitual dado que los trabajadores pueden no desear realizarlas por motivos personales, por cansancio o porque en algunas empresas son horas que no se retribuyen, en contra de la normativa vigente.
 
  • Puede establecerse un horario flexible, que fije el número total de horas que se deben trabajar en un año, un mes, una semana o un día, al tiempo que la distribución de las horas a lo largo del período establecido se fija en función de las necesidades de producción o del propio empleado. Uno de los efectos favorables de esta práctica es la disminución del absentismo. No obstante, puede causar dificultades en la comunicación y coordinación de trabajadores que deben colaborar pero que no se encuentran en la empresa en el mismo momento. En España, la regulación de la jornada de trabajo en los convenios colectivos ha ido incluyendo cada vez más cláusulas orientadas a permitir una distribución no uniforme de las horas de trabajo, fijadas éstas cada vez con más frecuencia en cómputo anual.
  • El trabajo a tiempo parcial supone una jornada laboral más corta que la establecida habitualmente en un sector o empresa. Además de proporcionar mano de obra en el momento del día preciso o en la cantidad de horas necesarias, facilita el acceso al trabajo a personas con otras responsabilidades o intereses ajenos al trabajo. A pesar de ello, puede conllevar dificultades para la integración de los trabajadores en la empresa y para coordinarse con el resto de trabajadores.
 
  • El trabajo por turnos es una práctica que permite aumentar el número de horas de funcionamiento de las instalaciones al permitir que un mismo puesto de trabajo sea ocupado por diversos trabajadores a lo largo del día. Este modo de organizar la actividad puede ocasionar, sin embargo, algunos inconvenientes, como efectos negativos sobre la salud de los trabajadores, o dificultades en la comunicación entre los trabajadores de los diferentes turnos.
 
  • El trabajo fijo de carácter discontinuo consiste en que los empleados son llamados para trabajar únicamente cuando existe trabajo para ellos. Es frecuente en sectores como la hostelería, las actividades recreativas de temporada y otras similares.

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