Las "nuevas" formas organizativas... ¿ya viejas o todavía por venir?

Los sistemas organizativos tradicionales tienden hacia la jerarquía y al orden establecido. En contraste con esta tendencia a la estabilidad y el control, el entorno actual exige a las organizaciones que sean cada vez más flexibles y capaces de adaptar su actividad, estructura, tecnología, etc., con el fin de llevar a cabo innovaciones en productos y procesos, reducción de costes y mejoras en calidad y en servicio a clientes.

Como resultado de las presiones competitivas y gracias a las posibilidades ofrecidas por las tecnologías de la información y la comunicación, en las últimas dos décadas han surgido nuevas formas organizativas, orientadas a favorecer la adaptabilidad y la innovación. Todas estas “nuevas” formas de organizar comparten ciertas características comunes, resumidas en la siguiente tabla:

Características comunes de las "nuevas" formas organizativas


Estructuras tradicionales
Nuevas formas organizativas
Establecimiento de objetivos
De arriba abajo
Descentralizado
Poder
Concentrado
Distribuido
Tamaño de las unidades
Grandes
Pequeñas
Función de la dirección
Controlar
Guiar, gestionar conflictos
Visión
Dictada
Emergente
Estructura
Jerarquía formal
Estructuras basadas en los equipos y grupos de trabajo
Principal unidad de análisis
La empresa
La red
Fronteras
Duraderas, claramente establecidas
Permeables, borrosas
Objetivo
Fiabilidad, replicabilidad
Flexibilidad
Regulación
Vertical
Horizontal
Activos
Vinculados a unidades en concreto
Independientes de las unidades, compartidos
Definición de roles
Especializados, claros
Borrosos, generalistas
Incertidumbre
Tratan de reducirla, absorbiéndola
Tratan de adaptarse
Derechos y deberes
Permanentes
Impermanentes
Comportamiento ético
Basado en las reglas
Basado en las relaciones
Motivación
Eficiencia
Innovación
Fuente: Adaptado de J. Child y R.G. McGrath (2001): "Organizations Unfettered: Organizational Form in an Information-intensive Economy". Academy of Management Journal, vol. 44, nº 6, págs. 1135-1148.

He usado "comillas" para marcar la palabra "nuevas" porque, como veréis, el artículo de referencia ya tiene diez años. Sin embargo, aunque estas ideas son viejas para los académicos, parece que están tardando en cuajar entre el empresariado español, en particular. Es cierto que no todas las organizaciones necesitan puntuar al máximo en todas las dimensiones citadas en la tabla, pero las mejoras en los resultados son más elevadas cuando se combina el uso de tecnologías de la comunicación con una reorganización que vaya en esta línea.

Algo estamos haciendo muy mal desde la academia, y seguramente también desde los poderes públicos, si ideas consabidas como éstas no están calando en la mentalidad de nuestros empresarios.

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