El coste de las prácticas favorables a la familia
Hace poco que los profesoreres Nick Bloom, Toby Kretschmer y John van Reenen (de Stanford, la Universidad of Munich, y la London School of Economics, respectivamente) realizaron un amplio estudio examinando el efecto de las prácticas de trabajo favorables a la familia sobre indicadores de resultados "duros", como las ventas por empleado o el retorno sobre la inversión, utilizando una gran base de datos de empresas de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia. Adapto aquí los resultados que se exponen en la página del profesor Freek Vermeulen.
En su análisis estadístico inicial, los autores encontraron la habitual relación positiva entre el número de prácticas family-friendly de una empresa y su rendimiento financiero: cuantas más prácticas, mejores resultados. Pero entonces decidieron corregir estos modelos tomando en cuenta la calidad de la dirección de la empresa, utilizando un amplio cuestionario con entrevistas y la participación de expertos. Encontraron que las empresas que implantan prácticas favorables a las familias ya tenían de antemano buenos resultados: las prácticas no las hacían mejorar, sino que las empresas con una buena dirección (y mejores resultados) adoptaban más prácticas que las empresas peor dirigidas.
Las empresas con buenos resultados implantan más prácticas favorables a las familias, pero esas prácticas ya no mejoran más sus resultados financieros. Esto puede parecer descorazonador -¿así que no tienen un impacto positivo? ¿Entonces para qué aplicarlas?- pero hay que analizar el dato con atención. No significa que las prácticas favorables a las familias no mejoren a las organizaciones más allá de su punto inicial, probablemente sí que lo hacen. Es solo que las mejoras en los ingresos no superan a los costes incurridos. Es decir: financieramente, no hay diferencia entre si se adoptan o no estas prácticas. Pero esto quiere decir que las prácticas family friendly salen gratis, ¡buenas noticias!
En resumen: a las empresas que habían implantado un buen grupo de prácticas favorables a la familia les iba bien gracias a una superior retención de trabajadores, un buen comportamiento de "buen ciudadano" de los empleados y mejores actitudes en el trabajo. Y todo esto lo obtenían a coste cero, puesto que el dinero gastado en las prácticas igualaba los beneficios financieros que resultaban de ellas.
Imagen: Family friendly, de World of Oddy
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